Más aislamiento térmico y acústico, estas son las dos ventajas principales de tener en un edificio la fachada ventilada. ¿Quieres conocer más beneficios de este tipo de solución constructiva? ¡Muy atento/a!
La fachada ventilada es una forma de envolver el edificio o casa en su parte exterior dónde la cámara de aire se encuentra abierta y así el flujo de aire existe en su interior de forma óptima. Es también conocido como “efecto chimenea” y así podemos tener mejor conservación del calor dentro de las casas y menos ruido proveniente del exterior.
Fachadas ventiladas: ¿qué ventajas aportan?
Muchos estudios han constatado que, cerca del 70% de los edificios de nueva construcción actualmente cuentan o contarán con fachadas ventiladas. Esto es debido a que esta solución constructiva es considerada una clara revolución gracias a su productividad, diseño y rentabilidad.
La primera, y gran ventaja, que encontramos en las fachadas ventiladas es el ahorro que obtenemos. Ahorro gracias al aislamiento térmico, que supone gastar menos en la factura de la luz, que en los últimos diez años ha subido un 76%, según FACUA. Gracias a esta instalación en el exterior de un edificio lograremos ahorrar hasta un 40% en el recibo de la luz.
La siguiente parte buena de contar con una fachada ventilada es que cuenta con niveles elevados de productividad. Esto quiere decir que, con la menor cota de energía conseguiremos mejores resultados. Si antes gastabas cerca de 80€ al mes en luz, gracias a las fachadas ventiladas podrás gastar menos de 50€.
Otro beneficio derivado de las fachadas ventiladas es que resultan, a la vista, más modernas e innovadoras. Este tipo de fachadas podrán contar con diseños con piedra natural, laminados de alta presión (HPL), cerámica sintética, extrusionada, fibrocementos…
Otras ventajas de las fachadas ventiladas
Seguimos con más puntos positivos de contar con fachadas ventiladas en un edificio, tanto de nueva construcción como rehabilitados. Se trata de su bajo coste de mantenimiento. Este tipo de soluciones constructivas no necesitan revisiones frecuentes. Suelen ser cada 3, 5 y 10 años, además de contar con una garantía de funcionamiento mayor que las fachadas convencionales.
También, gracias a las fachadas ventiladas, contaremos con menor ruido del exterior, como comentábamos al inicio de este post. Las fachadas ventiladas son una mejor barrera acústica que las tradicionales.
Si cambiamos nuestra fachada notaremos, a su vez, que su limpieza es más rápida y fácil, contamos con una salubridad mayor y las imperfecciones que antes teníamos, con esta nueva fachada, desaparecen.
Recuerda que, antes de realizar un cambio de fachada para obtener este tipo más actual y beneficiosa, debes conocer todas las ayudas que existen para rehabilitar edificios según tu comunidad autónoma. Se solicitan antes de acabar el año para ser concedidas con posterioridad.
¡No esperes más para poder mejorar tu calidad de vida! Estás a pocos pasos para vivir gastando menos en tu factura de la luz, tener menor ruido en casa y olvidarte de revisar tu fachada constantemente.
Fuente: Habitissimo
0 Comments